de Fernando González Molina
Segunda entrega de la "Trilogía del Baztán", tras EL GUARDIÁN INVISIBLE, basada en los libros de la escritora Dolores Redondo, rodada al mismo tiempo que la tercera entrega de la saga, OFRENDA A LA TORMENTA, que llegara a los cines a principios de abril de 2020.
La inspectora Amaia Salazar (de nuevo interpretada por Marta Etura), que vuelve al trabajo tras su baja por maternidad, se ve obligada a regresar a su pueblo natal, Elizondo, siguiendo, otra vez, las pistas de un extraño caso.
En un principio he estado tentado de "cortar y pegar" la reseña de la primera entrega pero no lo voy a hacer principipalmente porque si la primera entrega ya era "muy justita" esta baja unos cuantos peldaños con respecto a aquella.
Y es que esta nueva aventura de la inspectora Salazar repite todos los defectos de la anterior y practicamente ninguna de sus virtudes, salvo Marta Etura.
Así tenemos de nuevo un caso extraño, una serie de suicidios de presos que dejan un extraño mensaje "Tantalo" en el lugar; una serie de pistas que conducen de nuevo al pueblo de Elizondo; una complicada y enrevesada trama que la implica personalmente en el caso a investigar (¿no hay más "polis" en la central que siempre tienen que enviarla a ella a ese pueblo? Os recuerdo un pueblo pequeño en el que quieras o no todos se conocen así que la implicación, directa o indirecta se presupone)...
Ya comente en la anterior reseña que moverse entre tópicos no tiene porque ser malo si lo haces bien pero cuando lo haces en "piloto automático" las sensaciones no son nada buenas, y como en la anterior la cinta no consigue trasmitir interés por lo que esta pasando en ningún momento.
Hay incoherencias, el caso con el que empieza la "peli" deriva a otro sin ningún sentido; hay personajes que están ahí solo para ser sospechosos que se comportan de manera extraña sin venir a cuento (si en la primera entrega era la hermana mayor de la protagonista en esta tenemos al cura interpretado por Imanol Arias); están las conversaciones de la "prota" con su colega del FBI que le da consejos crípticos desde kilómetros de distancia que resultan eficaces porque si; u todo eso por no hablar de ese final con el rio desbordado que pone dificiles las cosas a los "protas" pero parece no afectar para nada a los "malos" que se desplazan de una punta a otra del pueblo con rapidez sin que a ellos parezca afectarles la inundación.
Así pues los rumores que apuntaban a que esta entrega mejoraba la anterior no han resultado ciertos, si a la primera aun le encontré algún momento efectivo en esta no lo he logrado, y para esos fans de las novelas que, según se decía, estaban esperando la aparición en pantalla del personaje del juez Markina (interpretado por Leonardo Sbaraglia) dudo mucho que se den por satisfechos ya que el personaje es totalmente intrascendente.
Dicho esto mi interés por la tercera entrega queda reducido al simple y puro completismo. Una pena porque como digo siempre se agradece que el cine español empiece a interesarse por los géneros.
La inspectora Amaia Salazar (de nuevo interpretada por Marta Etura), que vuelve al trabajo tras su baja por maternidad, se ve obligada a regresar a su pueblo natal, Elizondo, siguiendo, otra vez, las pistas de un extraño caso.
En un principio he estado tentado de "cortar y pegar" la reseña de la primera entrega pero no lo voy a hacer principipalmente porque si la primera entrega ya era "muy justita" esta baja unos cuantos peldaños con respecto a aquella.
Y es que esta nueva aventura de la inspectora Salazar repite todos los defectos de la anterior y practicamente ninguna de sus virtudes, salvo Marta Etura.
Así tenemos de nuevo un caso extraño, una serie de suicidios de presos que dejan un extraño mensaje "Tantalo" en el lugar; una serie de pistas que conducen de nuevo al pueblo de Elizondo; una complicada y enrevesada trama que la implica personalmente en el caso a investigar (¿no hay más "polis" en la central que siempre tienen que enviarla a ella a ese pueblo? Os recuerdo un pueblo pequeño en el que quieras o no todos se conocen así que la implicación, directa o indirecta se presupone)...
Ya comente en la anterior reseña que moverse entre tópicos no tiene porque ser malo si lo haces bien pero cuando lo haces en "piloto automático" las sensaciones no son nada buenas, y como en la anterior la cinta no consigue trasmitir interés por lo que esta pasando en ningún momento.
Hay incoherencias, el caso con el que empieza la "peli" deriva a otro sin ningún sentido; hay personajes que están ahí solo para ser sospechosos que se comportan de manera extraña sin venir a cuento (si en la primera entrega era la hermana mayor de la protagonista en esta tenemos al cura interpretado por Imanol Arias); están las conversaciones de la "prota" con su colega del FBI que le da consejos crípticos desde kilómetros de distancia que resultan eficaces porque si; u todo eso por no hablar de ese final con el rio desbordado que pone dificiles las cosas a los "protas" pero parece no afectar para nada a los "malos" que se desplazan de una punta a otra del pueblo con rapidez sin que a ellos parezca afectarles la inundación.
Así pues los rumores que apuntaban a que esta entrega mejoraba la anterior no han resultado ciertos, si a la primera aun le encontré algún momento efectivo en esta no lo he logrado, y para esos fans de las novelas que, según se decía, estaban esperando la aparición en pantalla del personaje del juez Markina (interpretado por Leonardo Sbaraglia) dudo mucho que se den por satisfechos ya que el personaje es totalmente intrascendente.
Dicho esto mi interés por la tercera entrega queda reducido al simple y puro completismo. Una pena porque como digo siempre se agradece que el cine español empiece a interesarse por los géneros.
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