lunes, 14 de octubre de 2019

A RAINY DAY IN NEW YORK (Woody Allen)

Que quede claro que estoy totalmente de acuerdo con aquello de "para gustos los colores", y también de que estoy convencido de que no existen gustos correctos sino simplemente distintos; pero como pertenezco a esa parte del publico a la que por lo general se nos acusa de dejarnos llevar por lo comercial o "facilon", y de no tener un criterio sino que nos dejamos llevar por lo que las majors y sus agencias publicitarias nos venden con insistencia me gustaría defenderme, o mejor dicho, defenderme atacando a esa parte del publico que se "deja llevar" por el (supuesto) prestigio de determinados "autores" y que ya se acercan a sus films etiquetandolos de grandes películas antes de verlos, y que parecen ciegos ante defectos que de darse en otros autores, principalmente de ese cine comercial que tanto parecen aborrecer servirían para "defenestrar" la cinta a un nivel critico.

Y si, toda esta "parrafada" viene a cuanto del estreno (en mi caso pre-estreno) de la última cinta de Woody Allen. Uno de esos autores que cuando estrena cinta es recibido con desmedido entusiasmo entre determinado sector de la critica y el publico y que es incapaz de reconocerle ni un sólo defecto. Y aquí debo aclarar que no tengo ningún problema con que a la gente le pueda gustar Allen en general (a todos les puede salir una "peli" mala o floja) o algunas(s) de sus cintas en particular, sino con que se le defienda sólo porque es Allen, dejándole pasar cosas por ese mismo motivo.


Y es que la ultima cinta de Allen reune casi todos los defectos de su autor, y muy pocas de sus virtudes, hasta el punto de que no puedo evitar plantearme una teoría. Si, aprovechando además que en esta cinta no aparece ninguno de los actores habituales de Allen, en un pasa como al que asistí se pasara esta misma cinta eliminando los títulos de crédito para ocultar la identidad de su autor ¿la mayoría de los comentarios positivos que escuche tras la proyección serian los mismos?. Ahí dejo la pregunta.

Y tras este desahogo personal (y "pelin" pedante, lo reconozco) entro en mi valoración critica de la obra que definiría como un "pudo haber sido y no fue...". ¿Por qué? Porque la cinta tiene rodos los mimbres para ser una divertida comedia (romantica) de enredo pero la costumbre de Allen por "intelectualizar" las situaciones en esta ocasión le resta credibilidad principalmente porque provoca que no te creas a los dos personajes principales (¡ojo! no estoy hablando de los actores sino de sus personajes).

Empezando por el de él (Timothée Chalamet), un joven universitario, supuestamente muy inteligente pero que prefiere dedicar su tiempo a jugar al poker y otras apuestas que sin embargo fiel al universo Allen tiene una verborrea llena de citas "culturetas" que desentonan con esa supuesta personalidad, y más todavía cuando se pasa la mitad de la cinta criticando el ambiente cultural en que le quiere introducir su madre pero una de sus primeras opciones al viajar a New York es ir a un museo.

Y siguiendo con el de ella (Elle Fanning), un personaje de personalidad cambiante según las necesidades del momento. Tan pronto parece una joven inteligente y preparada (trabaja en el periódico universitario y ha conseguido una cita para entrevistar a un prestigioso director de cine) que impresiona con sus comentarios al mencionado director, como parece "tonta del culo", y no me refiero a su reacción cuando se cruza con el personaje de Diego Luna (todos nos hemos quedado en blanco y sin saber reaccionar cuando hemos tenido delante de nuestras narices a alguien a quién admiramos) sino a momentos como aquel en el que se mete sin ningún sentido en medio de la discusión entre el personaje de Jude Law y su (adultera) esposa y parece más preocupada en demostrar que es mayor de edad que en desmentir que sea la "concubina" de aquel (hay que fomentar el enredo aunque no tenga ningún sentido) por no hablar de su intento de esconderse de la novia de Luna (y paro aquí para no "spoilear" demasiado).



Pero es que además los personajes secundarios, que en ocasiones son lo mejor de Allen, en esta ocasión están terriblemente desaprovechados, y de nuevo hago referencia a los personajes y no a los actores, especialmente en el caso de los de Liev Schreiber (un director de cine descontento con el trabajo en que esta inmerso), Jude Law (su guionista habitual) y Diego Luna (un guaperas actor de moda), cuyos personajes entran en la trama con fuerza o interés pero quedan rápidamente desdibujados, cuando no desaparecen (caso del primero) para reaparecer sin fuelle. Mención aparte merece el de Selena Gómez, bastante justita en su interpretación, que se marca alguna linea de dialogo potente pero que se pasa por alto (ese momento en que le recrimina al protagonista que se queje tanto de su familia pero que sin embargo no renuncie al dinero de esta), y que entra en escena con otro de esos momentos absurdos en el que un amigo le pide que entre de extra en un corto que esta rodando, y en lugar de hacer de figurante acaba en una escena importante con beso incluido.

En resumidas cuentas, si no te creas a los personajes principales y los secundarios empiezan bien pero luego se diluyen como azucarillo ¿Que nos queda?.


Para colmo esa escena casi al final en que el personaje masculino suelta una de esas citas "culturetas" sin venir a cuento, pero que se supone que todo el mundo debe conocer (porque si) y cuando ella se equivoca  sobre el autor de la misma, el la mira con una cara de... (no digo más que sería posible spoiler), ante la que uno no puede dejar de pensar "yo tampoco identifico al autor de la cita, ¿qué estas tratando de decirme?".

Pero en fin, es una cinta de Woody Allen, y un Allen es un Allen para lo bueno y para lo malo.

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