jueves, 25 de enero de 2018

UNDERWORLD. GUERRAS DE SANGRE de Anna Foerster

  En 2003 el entonces desconocido Len Wiseman sorprendía con una historia de vampiros y hombres lobo enfrentados en una guerra al más puro estilo MATRIX. Más próxima al cine de acción que al de terror, que es lo que uno esperaría de una cinta protagonizada por estas criaturas, la cinta resultaba tremendamente entretenida e incluso original, o al menos imaginativa, en algunos de sus aspectos, y presentaba a una nueva heroína de acción, Selene, interpretada con eficacia y nervio por Kate Beckinsale.

  Tres años después Wiseman nos trajo la secuela, de nuevo con Beckinsale y Scott Speedman como la pareja de vampira y lobo enamorados. La cinta era "más de lo mismo" pero conservaba el nervio de la anterior, es verdad que ya no existía el factor sorpresa, algo inevitable en las secuelas, pero como la anterior resultaba tremendamente entretenida.

  Fiel al esquema de "tres años después", en 2009 llego la tercera entrega. En esta ocasión, finiquitada la historia propuesta en las anteriores entregas e imagino que con Beckinsale ocupada en otros menesteres, se recurrió a la socorrida solución de la precuela, en una cinta que se centraba en los orígenes de la guerra entre vampiros y lobos y que curiosamente conservaba y recuperaba a algunos de los personajes de las anteriores (los interpretados por Michael Sheen, Bill Nighy o Kevin Grevioux, también guionista de la saga) pero en la que desaparecía el personaje de Selene, que era sustituido por el de Sonja, interpretada por la atractiva, y casi siempre desaprovechada, Rhona Mitra. La cinta "distraidilla" pero ya lejos de las virtudes de las anteriores entregas ya no contaba con Wiseman en la dirección sino por el habitualmente técnico en efectos especiales Patrick Tatopoulos.


  Cualquiera creería que tras la precuela la saga quedaría cerrada pero no, tres años después (de nuevo tres) apareció UNDERWOLD. EL DESPERTAR, recuperando de nuevo a Selene/Beckinsale. Pero ni los nuevos guionistas (y eso que entre ellos figuran Wiseman y Straczynski), ni la nueva pareja de directores Måns Mårlind y Björn Stein, consiguen dotar a la cinta de algo fresco que no suene a visto y la cosa queda en un discreto entretenimiento sólo para fans acérrimos de la saga.

  Y en 2016 (lo habéis adivinado "tres años después") llego la hasta ahora (habrá que esperar al 2019) ultima entrega de la saga. Dirigida en esta ocasión por Anna Foerster, con más experiencia como directora de fotografía aunque ya había dirigido algunos episodios de series como MENTES CRIMINALES o IMBORRABLE) los resultados de la cinta son practicamente los mismos que los de la entrega anterior, yo incluso diría que unos peldaños por debajo, es decir, un flojo entretenimiento para seguidores de la saga, con una trama que ya no despierta ningún interes, y más tras desaparición del personaje de Speedman, unos "malos" poco amenazantes, buenos actores totalmente desaprovechados (Charles Dance), y en el que lo más positivo, y casi lo único, es la química entre Beckinsale y Theo James, pero más por ellos como actores que porque el guión lo potencie.



  

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