jueves, 15 de agosto de 2013

UNA SEMANA CON LOS CENOBITAS II


     Seguimos con el repaso a la saga HELLRAISER. Hoy las entregas 4ª, 5ª y 6ª

HELLRAISER IV. BLOODLINE de Allan Smithee

     De todas las secuelas de la saga esta es la más curiosa tanto a nivel de dirección como a nivel argumental. ¿Por qué? Porque según los créditos la cinta esta dirigida por un tal Alan Smithee, que para aquel que no lo sepa es el nombre que suele figurar en los créditos cuando el responsable original no queda contento con el resultado, por regla general porque la productora a manipulado tanto el montaje que su responsable apenas reconoce la cinta. Parece ser que fue Kevin Yagher, habitual responsable de maquillajes y efectos especiales, el primer responsable de la cinta y que esta fue terminada o remontada por Joe Chapelle. Las teorías sobre si Yagher abandono el rodaje o fue despedido varían según las fuentes.

     Y a nivel argumental por ser la única de la saga estructurada en episodios, tres para ser exactos, ambientados en diferentes épocas y con Bruce Ramsay interpretando a diferentes miembros de la familia Merchant:
     - La primera ambientada en el pasado nos cuenta como un juguetero fabrica, siguiendo las instrucciones de un aristócrata, el famoso CUBO. Cuando se de cuenta de para que sirve intentara crear otro objeto para contrarrestarlo, pero...
     - La segunda, la del presente, nos presentara a un Merchant arquitecto que durante la inauguración de un edificio (el que aparece al final de la tercera entrega ¡toma conexión con la saga!) descubrirá por las malas la finalidad de un proyecto de un antepasado cuyos planos obran en su poder.
     - Y la ultima, la del futuro, con los cenobitas haciendo de las suyas en una estación espacial mientras el ultimo descendiente de la familia Merchant trata de acabar la obra de su antepasado.
     A pesar de todos estos problemas y aunque la cinta es bastante flojita, es la ultima entrega de la saga, por el momento, que tiene algún punto de interés: lo curioso de su estructura o el demoniaco personaje de Valentina Vargas principalmente.
HELLRAISER. INFERNO de Scott Derrickson
     A partir de esta entrega los intentos de establecer alguna relación, aunque sea mínima, con las anteriores desaparece por completo, es más incluso los cenobitas pasan a un segundo plano (por no decir que su presencia es puramente casual).
     Tanto esta entrega, como las dos siguientes, parten de ideas de fondo similares. Coger un personaje y hacerle vivir extrañas experiencias haciendo que los personajes a su alrededor se comporten de manera extraña o incoherente entre una escena y la siguiente, que sucedan cosas irreales jugando a mezclar realidad y sueño, tratando que el espectador se sienta igual de desconcertado que el protagonista.
     En esta entrega en concreto el protagonista es un policía que investiga un extraño caso de asesinatos en serie que ve como van apareciendo pruebas que le apuntan a él como sospechoso.
     El problema es que la historia nunca llega a resultar mínimamente interesante, se pasa tan pronto a jugar con el espectador que nunca llegamos a sentir empatía con el personaje así que en ningún momento llega a importa lo que le ocurra.
     Ni la dirección de Scott Derrickson, que más tarde dirigiría el  aburrido remake de ULTIMATUM A LA TIERRA o la sobrevalorada SINISTER o la interpretación del antaño prometedor Craig Sheffer (recordáis RAZAS DE NOCHE de, mira tu por donde, Clive Barker) aportan algo de interés.
HELLRAISER. HELLSEEKER de Rick Bota
     Si alguien pensaba que el regreso de Ashley Laurence, a la saga iba a significar un retorno a las bases de la misma se equivocaba mucho, pero mucho. Ya que la nueva entrega sigue la estela de la anterior con algunas variaciones para despistar.
     En esta ocasión un hombre que ha sobrevivido a un accidente de trafico en el que a muerto su mujer (Ashley Laurence que ya no aparece de nuevo hasta el final) pero que tiene un ligero problema de memoria vera como al reintegrarse a su vida habitual empezaran a pasarle cosillas raras: jefa del curro que le acosa en plan dominatrix, compañero que la habla como si supiera algo sobre el accidente, vecina que se le insinúa (ahora si, ahora no), aparte de vivir experiencias irreales (esa cámara que grava cosas que no están ocurriendo).
     Aunque ligeramente superior a la anterior, lo que tampoco era muy difícil, no llega ni mucho menos a resultar interesante y aunque tiene algún detalle suelto curioso (la escena de la cámara que he mencionado antes) son muy pocos y están muy aislados para hacer que la cinta valga la pena a no ser que seas de aquellos que como un servidor si empiezan una saga la siguen para bien o para mal.

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