Inspirada en la historia del anarquista Lucio Urtubia, aunque, como indican los créditos iniciales, convenientemente dramatizada, nos encontramos con una de esas cintas que, aunque consigue su principal objetivo, entretener, no termina de cuajar del todo en una obra redonda.
Y no lo hace a causa de un guion al que le falta algo de definición en el tono que le quiere dar a la historia; y que simplifica mucho, muchísimo, algunas de las tramas, con el objetivo de que sintamos simpatía hacia un personaje al que pretenden convertir en una especie de Robin Hood que roba a los ricos para repartirlo entre los pobres, pero sin darle apenas aristas, más alla de algunos problemas familiares hacia el final de la cinta.
Caldera dirige con pulso, y dota de ritmo la historia, pero hay cosas, por muy real que sea la historia en que se inspira, que no terminas de creerte, lo que perjudica el resultado final. Tampoco la interpretación de Juan José Ballesta, al que el personaje, además muy simplificado en el guion, no le pega nada, ayuda mucho, y es una pena porque el resto del reparto, especialmente Luis Callejo y Miki Esparbé, que desaparece demasiado pronto de escena, están bastante bien.
Así, el resultado final es una cinta distraída, pero poco compleja, que trata el anarquismo, y sus acciones, como si fueran algo totalmente inocente e inocuo, que funciona mejor cuando se mueve en lo que podríamos llamar "un terreno ficticio", es decir la típica película de ladrones, con esa rivalidad entre el protagonista y el inspector de policía que lo persigue incluida, que cuando intenta ser más seria.
Algunos buenos momentos, como ese primer atraco, o los golpes con los billetes o los cheques falsos; buenos secundarios; algunos detalles dignos de atención a nivel realización, pero con un guion muy poco trabajado, que merecía un par de revisiones, que le impiden ser una obra más redonda.
No es lo mejor de Caldera, director que ha demostrado saber moverse por varios géneros con bastante solvencia, pero hay que reconocer que la mayoría de las virtudes de la cinta parten de su trabajo de realización, y que, vuelvo a repetirme, con un guion más elaborado o trabajado, podría haber sido mucho más que simplemente distraída.
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