¡Ya vienen los Reyes...!
Como suelo decir, se agradece que el Cine Español intente, muy de vez en cuando, meterse en géneros que normalmente no trata. El problema es, como en esta ocasión, que hay un problema de indecisión a la hora de decantarse por la manera de hacerlo (¿nos desmadramos?, ¿lo hacemos en serio?) que provoca que el resultado final se quede en una "zona neutra" o "tierra de nadie" que provoca que el resultado sea o muy irregular, o. como en este caso, en un "podría haber sido, y no fue".
Y es que las bases para lograr una divertida comedia navideña (y familiar) las tiene, pero...
Resulta que la eterna rivalidad entre los Reyes Magos y Santa Claus provoca que el espíritu navideño se marchite, y como consecuencia de ello, el Krampus consigue escapar de su prisión, poseer al alcalde da la ciudad, y arrancar con un plan para terminar con la NAVIDAD (así, en mayúsculas) para siempre.
La idea no es mala, y da para una buena trama, pero como ya he mencionado, sus responsables no terminan de decidirse por el cuento amable, o el terrorífico; hacerlo de manera más o menos realista, o desmadrarse (algo que en mi opinión la historia requiere); tomárselo en serio , o en broma. Así que deciden hacerlo "un poco de todo", lo que provoca que se queden a medio camino de todas sus posibilidades.
La cinta trata de tener un tono llamémolos "muy normal", cuando lo que necesitaba era explotar y ampliar el tono de "cuento" o "fábula", que nos permitiese, o "facilitase" el aceptar esas cosas que solo pueden pasar en un cuento: que las NAVIDADES (del mundo mundial) dependan de la celebración de la Cabalgata de Reyes de una ciudad concreta. Los actores están demasiado contenidos, excepto Andrés Almeida (Santa) e Isa Montalbán (Paje en Prácticas), o son demasiado "ellos mismos", caso de Elejalde o Verdaguer.
El guion propone cosas que luego desarrolla de manera insuficiente, la depresión de "el Rey de en medio" al no ser el favorito de nadie; cuando no mal, la historia de amor entre ese Rey y el personaje de Eva Ugarte.
Hay ideas buenas, o al menos simpáticas, que hacen que de vez en cuando esboces una sonrisa, y porque no alguna ligera risa, pero el conjunto te deja algo frío, y no dejas de pensar que con un poco más de desarrollo de guion la cosa podría haber mejorado sustancialmente. La presencia de, al menos, cuatro guionistas me hace pensar que cada un se encargó de corregir el trabajo del anterior, provocando que cada uno de ellos tratara de llevarlo por un camino diferente, provocando esa indecisión en tono y ritmo antes mencionada.
Discretita y desaprovechada. Con algún momento aislado.
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