lunes, 5 de octubre de 2015

REGRESIÓN de Alejandro Amenábar


  El regreso al genero fantástico/terror/thriller de Alejandro Amenábar se ha saldado con una decepción. Y es que si bien la cinta parte de una idea interesante, la falta de ritmo, y no, no es que sea una "peli" de ritmo pausado es que este simplemente no existe, provoca que la cinta no arranque en ningún momento y por lo tanto el aburrimiento se vaya adueñando de uno a pesar de ese poso de interés que en el fondo tiene la historia.

  Lo que empieza como una investigación sobre un padre que al parecer ha abusado de su hija (él no lo recuerda pero no desconfía de la palabra de su hija) deriva hacia una investigación sobre sectas satánicas para luego... (y hasta aquí puedo escribir).

¿Parece interesante, no? Pues en el fondo, muy en el fondo, lo es. Y es que el problema no esta tanto en lo que se nos cuenta si no en el como se nos cuenta. Tal vez si se nos hubiese contado lo mismo de manera lineal o sin misterios, llendo al grano, en lugar de jugar a esconder datos para tratar de sorprender con los giros y sorpresas, la cosa hubiese mejorado algo, pero al no poder hacer avanzar la historia, para mantener un suspense que no logra, provoca que el ritmo sea inexistente al no llegar a ningún sitio hasta la "supuesta" sorpresa, y cuando esta llega...


  Pues cuando la sorpresa llega, aunque la cinta intenta no ser tramposa, Amenábar va colando en diálogos y comentarios, en apariencia sin importancia, claves para aceptar esta; no puede evitar serlo, porque la sorpresa sirve para justificar ciertas cosas pero es totalmente incoherente con otras, por mucho que Amenabár pueda justificarse recurriendo a - OJO POSIBLE SPOILER (para el que pille la referencia) - que Hitchcock (con el que se le compara en la publicidad de la cinta) hizo algo parecido en "Pánico en la escena" - FIN DEL POSIBLE SPOILER -

  Así entre ese ritmo inexistente que provoca que la cinta no arranque en ningún momento, esa sorpresa final que lejos de arreglar las cosas te deja cierta sensación de "pero que me estas contando"" y un final que se alarga hasta resultar anticlimático, a pesar de que le posibilita a David Dencik marcarse un monologo para su lucimiento interpretativo, el aburrimiento es inevitable.

  A su favor, por si alguien pregunta si tiene algo bueno, la labor del reparto y de los departamentos técnicos, especialmente del de ambientación.


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