martes, 7 de agosto de 2012

EL DICTADOR de Larry Charles

     Comentar una película de Sacha Baron Cohen, o al menos aquellas en las que este se implica de manera más directa, ya sea como productor o guionista, es un "pelin" complicado, pues se trata de uno de esos casos en los que no suelen existir medias tintas, o te encantan o las detestas.

     Suele ocurrir con los tipos que practican ese tipo de humor "políticamente incorrecto" y que hacen chistes sobre todo y sobre todos que en algún momento haga un chiste sobre algo que te toque, te sientas ofendido, y rechaces, ya de entrada, el resto de los chistes y gags. Pero también es cierto que el simple hecho de ser políticamente incorrecto no hace que el chiste sea bueno.

     Así pues, la nueva película de Baron Cohen se mantiene fiel en resultados a sus anteriores trabajos y mezcla chistes/momentos muy divertidos y acertados con otros que no lo son tanto.

     Mas cercana a ALI G, que a BRUNO o BORAT, ya que abandona el esquema de falso documental en favor de un argumento más lineal, las peripecias del dictador Aladeen, que durante su visita a los EEUU es secuestrado, despojado de su vestruario y su seña de identidad (la barba) y sustituido por su doble (dentro de un plan de su segundo al mando), se ve obligado a vivir como si de un inmigrante más se tratara, recibiendo la ayuda de una joven ecologista concienciada con los temas sociales que confunde sus intentos de volver a su hotel con actos de rebeldía contra el dictador.

     Lógicamente el personaje de Baron Cohen es egocéntrico, machista, racista..., lo que permite que la película este plagada de comentarios y chistes ofensivos para con las mujeres y practicamente todas las razas (si, se trata de chistes sarcásticos y con doble sentido, pero lo cierto es que este sarcasmo a veces es un poco difícil de pillar).

     Con todo la película contiene algunos diálogos/replicas ingeniosas, algunos buenos momento, algo bestias eso si (el parto en la tienda ecologista) y un discurso en la parte final de la cinta ("si América fuera una dictadura en lugar de una democracia...") que invita a la reflexión y que contiene verdades como puños.

     Los fans de Baron Cohen la disfrutaran plenamente, los no fans no creo que vayan a  verla, el resto (como un servidor) sonreirán e incluso es posible que suelten alguna risa suelta, pero poco más.

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