La idea de hacer una película con los personajes creados para la línea de muñecas Barbie resultaba, cuanto menos, curiosa, pero también extraña. ¿Qué argumento podría salir de ahí?. Claro que el no haber jugado nunca con Barbies también puede tener algo que ver en mi opinión sobre el tema.
Cuando descubrimos que la realizadora sería Greta Gerwig, ya imaginamos que la base argumental no sería la típica que uno esperaría de una Cinta "Barbie". Si eso era una buena o una mala noticia ya es cuestión de gustos. A mi, por ejemplo, Gerwig nunca ha terminado de convencerme.
Las opiniones sobre la cinta que han ido apareciendo me dejaban un tanto perplejo, ya que estaban muy, pero muy, divididas.
Que si era un gran alegato feminista. Que si era todo lo contrario, y se parodiaba a lo bestia ese feminismo. Que si no quedaba muy claro si era lo uno o lo otro (lo que hubiera sido una jugada brillante de su realizadora). Que si era muy buena, e iba más lejos de lo que en principio parecía. Que si era muy mala. Que si era muy "feminazi". En definitiva, opiniones para todos los gustos y colores.
Como ya he comentado, servidor nunca jugo con Barbies, y, por lo tanto, el principal, y casi único motivo, para ver la cinta era la presencia de Margot Robbie (con Ryan Gosling tengo sentimientos encontrados). Luego se sumó todo el revuelo causado por la cinta.
Y, ¿una vez vista la cinta?. Pues ni una cosa, ni la otra... al menos hasta la parte final de la historia.
Así pues, tengo que reconocer que durante buena parte de la película esta me ha parecido distraída (Ojo distraída, así sin más), pero es su parte final en la que se producen los, llamémosles, fallos, o al menos esos detalles que han provocado que muchos la acusen de "feminazi".
Lo dicho, la parte que se desarrolla en "Barbieland" resulta bastante entretenida, y paródica con ese "Mundo Barbie" ("Todas las noches son noches de chicas"), y aquí se agradece mucho ese "toque paródico" en lugar del "toque mensaje" que muchos han querido ver; destacando principalmente cuando la protagonista (Barbie Prototípica) empieza a manifestar sus dudas y sus cambios (incluidos los físicos), hasta el punto de tener que consultar con la "Barbie Rara", que le aconsejara visitar el "Mundo Real" para solucionar sus problemas.
La parte del "Mundo Real" también tiene sus momentos, especialmente aquellos en los que Barbie se da cuenta que en ese mundo las mujeres no tienen el poder, y aquellos en los que Ken (que hasta ese momento ha sido básicamente una figura decorativa) descubre que allí se le tiene en cuenta ("Una mujer me ha preguntado a mí por la hora que era"), y que además los hombres "manejan el cotarro", por lo que aprovechando que se ha separado de Barbie durante el viaje, decide volver a Barbieland y aplicar lo aprendido en ese mundo.
Tras una accidentada visita a la empresa Mattel (lo más flojo de toda esta parte a pesar de un desmadrado Will Ferrell), Barbie, junto a una empleada de la compañía (America Ferrara) y la hija de esta (Ariana Greenblatt) huirán hacia Barbiland donde...
Y una vez allí se encontrarán con que Ken ha instaurado un patriarcado a lo bestia, y decidirán (las mujeres, por supuesto, con la ayuda de Allan, muñeco al que desconozco y al que da vida Michael Cera) combatirlo, pero, y ahí es donde le veo el fallo a la cinta, desde una perspectiva equivocada, ya que en lugar de solucionarlo por medio de la igualdad, o algo parecido, deciden volver prácticamente a lo de antes, o sea justo lo que había hecho Ken pero al revés. Por no hablar de los métodos para revertir la situación.
Pero aun así hay momentos divertidos como el de Allan (Cera) peleándose con los Ken, o el "numerito musical" de Gosling (este actor siempre me ha parecido más efectivo cuando se desmadra un poco que cuando va de sobrio, de ahí mi comentario anterior sobre él).
Dos detalles a resaltar, ese comentario en off en plan "Nota para la directora: Si coges a Margot Robbie para el papel, los comentarios sobre lo fea que es no funcionan"; y la presencia de la mítica Carla de "CHEERS", Reah Perlman, en un breve papel.
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