Esta es la tercera reseña que le dedico a esta saga. En la primera repasaba las cuatro primeras entregas mientras en la segunda analizaba la quinta; y ahora, después de verla sexta entrega, el resumen general sigue siendo el mismo: Ved la primera, que es muy buena; ojead la segunda, inferior pero digna y, salvo que como un servidor seáis de los que se ven todo lo que huele a terror, prescindid, o mejor, huid del resto.
Como ocurría en la cuarta y en la quinta los responsables intentan introducir alguna variación a la trama ya sea cambiando el escenario, de los bosques de las tres primeras entregas al manicomio abandonado de la cuarta, la comisaria de pueblo de la quinta o un balneario en la que nos ocupa; o introduciendo algún elemento/personaje nuevo a la familia salvaje como ese patriarca (no deforme) de la quinta en plan Hannibal Lecter o toda una familia de personajes no deformes que practican ritos mágicos o algo por el estilo.
Y es precisamente la incorporación de estos nuevos personajes los que provocan que, primero, esta entrega parezca un pegote a la saga al quedar los personajes que todos conocemos como meros secundarios o extras y. segundo, que la historia resulte de un absurdo que tira de espaldas.
Un joven huérfano descubre que tiene una familia y que estos son dueños de un balneario localizado en una zona aislada y boscosa. Decidirá visitar el lugar para conocer a sus parientes junto con unos amigos (todos bastante impresentables). Una vez allí su familia, que se dedica a la brujería o algo así, tratara de reclutar al miembro perdido de la familia a su causa.
Resulta curioso que cuando intentan dotar de complejidad a la trama esta en lugar de mejorar acaba hundiéndose en todos los niveles. La simple, pero efectiva, familia endogámica que vivía oculta en los bosques de Virginia matando y robando a los pobres incautos que acampaban o se perdían durante su paso por la zona, se ha transformado en una familia numerosa que cuenta incluso con miembros guaperas y atractivos que tratan de preservar su linea de sangre para lo que se reproducen entre ellos, aunque no quede nada claro que beneficios reales tiene el sistema.
El debate interno del protagonista de elegir entre su "familia" adoptiva (sus amigos) y la de sangre deja de tener sentido cuando los segundos empiezan a matar a los primeros dando lugar a una subtrama argumental que no se sostiene.
Y por si todo esto no fuera bastante, el único punto positivo que les quedaba a las ultimas entregas, el gore salvaje, queda reducido (como las apariciones de los salvajes que todos esperamos ver en la saga) a la mínima expresión.
Repito; Quedaos con las dos primeras entregas y pasad del resto... y que no hagan más por favor.
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