LOS ODIOSOS OCHO de Quentin Tarantino

  Tarantino es uno de esos realizadores que despierta entusiasmo y repulsión a partes iguales, es muy complicado encontrarse a algún espectador en el termino medio, o lo amas o lo odias. Tras esta contundente afirmación sólo queda decir que LOS ODIOSOS OCHO es Tarantino en estado puro, si esto es algo positivo o negativo ya depende de a que grupo pertenezcas, como se suele decir “nunca llueve a gusto de todos”.

  Si no te gusta el cine de Tarantino está más que claro que no te va gustar ya que el toque del realizador está en todos y cada uno de los planos, y en todos y cada uno de los “muchos” diálogos de la cinta.

  Si, como a un servidor, te gusta el cine de Tarantino la película te gustara precisamente por los mismos motivos pero seguramente la englobes en la categoría de “películas menores” de Quentin.

  ¿Por qué? Porque la cinta desprende cierta sensación de “deja vu”, algo habitual en el cine del realizador ya que sus “pelis” suelen beber de múltiples referencias anteriores pero que en esta ocasión se multiplica porque la cinta no deja de ser una variación/versión “western” de su opera prima RESERVOIR DOGS.

  Esta sensación junto a una  duración que se le escapa de las manos, al igual que en DJANGO DESENCADENADO, son sus principales defectos ya que sus casi tres horas son excesivas para lo que nos cuenta, y lo que nos cuenta, por muy bien que lo haga, pues ya lo hemos visto antes.

  Después de esto quizá os preguntéis ¿y qué tiene de bueno? Pues como siempre en Tarantino su habilidad para narrar historias que todos conocemos dándoles cierto aire de novedad; su habilidad para los diálogos/monólogos, aunque es cierto que esta ocasión algunos resultan un tanto fuera de lugar y no aportan nada a la historia salvo la oportunidad de lucimiento actoral de todos y cada uno de los actores y actrices, que sin duda lo aprovechan; y como ya habréis deducido la habilidad del realizador a la hora de escoger los repartos de sus películas y dejar que estos se luzcan sobresaliendo en esta ocasión Kurt Russell, Samuel L. Jackson, Jennifer Jason Leigh y Walton Goggins (soy fan incondicional del "malo" de JUSTIFIED) con mención especial para la breve intervención de Zoë Bell (gran especialista a la que descubrimos como actriz gracias al DEATH PROOF de... Tarantino.

  Me despido con una curiosidad. Parece ser que la cinta se rodó con la intención de emitirse con un descanso justo a mitad de la trama pero en la sesión donde yo la vi la pasaron de "golpe" así que esa "voz en off" que aparecía a mitad cinta anunciando algo así como "Recuperamos a nuestros personajes donde los habíamos dejado hace quince minutos..." no tenia mucho sentido y resultaba un tanto desconcertante. Cosas de la distribución...

  Si es cierto lo que dijo Tarantino (¿cuantas veces he escrito Tarantino en esta reseña?) le quedan dos "pelis" como realizador (¿sera por eso que lleva la cuenta de sus cintas? Fijense en los créditos). Los fans las esperamos con impaciencia.