lunes, 11 de agosto de 2014

SABOTAGE de David Ayer

     Empiezo con un aviso para incautos. A pesar de la presencia de Arnold Schwarzenegger, y de unos cuantos actores más habituales en "películas de destrucción masiva" como Sam Worthington (casi irreconocible con las pintas que se trae) o Joe Manganiello, y que la cinta trata sobre un grupo de "machotes" miembros de un grupo de la DEA (y aquí incluyo a Mireille Enos que es más "machota" que algunos de los chicos del grupo) , la cinta anda más cercana al resto de productos de David Ayer ya sea en su faceta de director (DUEÑOS DE LA CALLE) o guionista (TRAINING DAY).

     Un grupo de la DEA decide aprovechar un golpe contra un cartel de la droga para quedarse parte del botín confiscado (diez millones), pero cuando van a recoger el dinero al lugar donde lo han escondido estos han desaparecido. Tras seis meses suspendidos, bajo sospecha de corrupción, el caso se cierra por falta de pruebas y justo cuando el grupo vuelve al trabajo los miembros del mismo irán siendo asesinados uno por uno. La investigación de estos crímenes estará a cargo de una detective que no tendrá nada que envidiar en "chulería" a ninguno de los miembros del grupo interpretada por la siempre estupenda Olivia Williams.

     Así pues tenemos los ingredientes habituales del cine de Ayer. Una muestra del trabajo del grupo policial con todos los inconvenientes que esto conlleva: los problemas de adicción de la agente femenina tras años de infiltrarse en carteles de la droga, la muerte de compañeros durante sus misiones o la de algún familiar como represalia por parte de los carteles...; corrupción policial que aunque en principio pueda parecer razonable o justificada se les termina escapando de las manos; rivalidades entre distintos departamentos. Pero en esta ocasión no sale todo tan bien como en otras ocasiones a causa de un guión demasiado disperso.

     El suspense sobre quien esta eliminando al grupo esta sustentado en trampas/giros de guión que a poco que reflexiones no tienen sentido; el grupo no reacciona ante las muertes de sus compañeros hasta que es demasiado tarde y lo hace de un modo que resulta incomprensible para el que se supone es el mejor grupo de la DEA; salvo los personajes de Worthington, Manganiello y Enos el resto son pura carnaza; y el guión da demasiadas vueltas sin ir al grano.


     En la parte positiva: la parte de la investigación policial por parte de Williams y su compañero (Harold Perrineau); las escenas de acción y el esfuerzo de los "cachas" por dotar de algo de profundidad a sus personajes (lastima que la cinta lo desaproveche, sobre todo en el caso de Worthington y Manganiello).

     Discreta y muy, muy, justita.

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