Floja cinta de suspense con unas "gotitas", pero muy pocas, de terror que partiendo de una idea con ciertas posibilidades apenas aprovecha ninguna de ellas. Y es que la historia de una escritora, con trauma del pasado a cuestas, que tras tener un accidente de coche en una carretera apartada que es recogida por unos monjes que viven en un solitario monasterio aislado del mundo en el que por las noches se escuchan ruidos extraños y... tal vez no sea muy original pero se le podía haber sacado mucho más partido.

En la parte positiva la esforzada labor de Lydia Bosch que hace todo lo que puede para dotar de credivilidad a su personaje, aunque el guión le estorba en muchas ocasiones; lo convincente que resulta el actor Borja Elgea como monje, esa forma de hablar tranquila y pausada típica de monje recluido; ciertos detalles de la ambientación, aunque uno se pregunta si haber hecho voto de pobreza también implica haberlo hecho de guarrería y sobre todo la estupenda y atmosférica banda sonora de Arnau Bataller que ayuda, y como, a dotar de tensión algunos momentos, de ahí que los responsables de la cinta se esfuercen en que la música este presente practicamente en toda ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario