jueves, 12 de diciembre de 2019

THE PRODIGY de Nicholas MacCarthy


Practicamente todo lo dicho en mi anterior reseña dedicada a la cinta EL HIJO (BRIGHTBURN) podría aplicarse a la presente cinta, ya que si en aquella el fallo estaba en equilibrar al niño malvado con superpoderes (y futuro supervillano) que nos vendían con el niño malvado/demoniaco que resultaba ser durante la mayor parte del metraje, en esta ocasión esta en pase de cinta con niño malvado por cuestiones psicológicas a la de niño poseído.

Intento explicarme. Tenemos a un matrimonio que tiene un hijo. Este hijo conforme crece muestra indicios de ser superdotado, aprende con una rapidez asombrosa, demuestra tener una gran memoria... hasta aquí la parte bonita, ya que a medida que crece el niño manifiesta unas actitudes arrogantes, posesivas y violentas que propician una primera mitad de la cinta que se conduce por el lado psicológico, especialmente después de que el niño agreda violentamente a uno de sus compañeros.


Esta primera parte de la cinta anda más cerca del telefilm de sobremesa del fin de semana con algún momento puntual tenso o inquietante debido a algunas de las acciones del chaval o a esas frases inquietantes o groseras puestas en la boca de un crio; pero poco más.

Como no parece que las terapias y sesiones funcionen con el chaval al final su madre decidirá llevarle a un ¿curandero? (o algo así) que propondrá la curiosa teoría de que tal vez el chaval este siendo poseído por algo (o alguien) pero que aun están en la fase de poder salvarlo.


Y aquí es cuando se supone que los aficionados al terror y el fantástico deberíamos empezar a frotarnos las manos pero... Pero es que resulta que al ser cierta la teoría de la posesión muchas de las acciones anteriores del chaval, que se explicarían y tendrían algo de sentido en un crio egoísta y egocéntrico no resultan demasiado convincentes en... (no lo voy a contar todo), con lo que la posible credibilidad de la trama se pierde a pasos agigantados impidiéndote entrar en ella.

Otra oportunidad desaprovechada de la que se salvan algunas escenas sueltas gracias principalmente a la inquietante interpretación de Jackson Robert Scott (el Georgie de las nuevas versiones de IT) o a la excelente labor de Taylor Schilling en el papel de la madre. Eso si, imperdonable desaprovechar así a Colm Feroe.

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