miércoles, 3 de julio de 2013

AFTER EARTH de M. Night Shyamalan

    Nos encontramos ante una cinta cargada de redundancias que encima van de dos en dos (¿doble redundancia?). Me explico. La cinta arranca con una explicación para ponernos en situación. Resulta que el planeta tierra ha tenido que ser evacuado por la forma en que lo hemos tratado (facilón mensaje ecologista que se desploma unos segundos más tarde). Para solucionarlo la raza humana se a trasladado a otro planeta, pero no a uno deshabitado sino a uno con especies autóctonas con las que se inicia una guerra (después del mensaje ecologista no deja de ser curioso que nos pongamos como "los buenos" en una guerra por un planeta que no es el nuestro). La principal amenaza son unos "bichos" gigantes y ciegos que huelen el miedo. Ósea, nada más empezar ya tenemos problemas en dos planetas diferentes. ¿Redundancia?

     Entramos en la historia en si. El protagonista es un aspirante a soldado muy bueno en la teoría pero no tanto en la practica que no consigue superar las pruebas. Así que un buen día su padre, el primer militar que consiguió "fantasmorfarse (?)", es decir eliminar el miedo de su cuerpo y convertirse en invisible para el enemigo, decide llevárselo a una misión de entrenamiento junto con otros soldados, unos cuantos cadetes y algunos huevos de las criaturas que amenazan a la raza humana. Por cierto el padre y el hijo de la ficción lo son también fuera de ella. ¿Redundancia?
     La nave se estrella. ¿Donde? En la tierra. que ahora se a convertido en una especia de mundo salvaje lleno de peligrosas criaturas (Curioso para un planeta que se abandono por que lo dejamos inhabitable por la contaminación y agotamiento de recursos). De la tripulación sólo sobreviven el padre, que queda bastante tocado, y el hijo, sin apenas rasguños. ¿Eso seria casualidad o de nuevo redundancia?
     Y empieza la aventura. Resulta que la nave a quedado bastante destrozada y que la parte de la misma donde se encuentras las balizas de socorro esta muy, pero que muy, lejos. Así que el "chaval" tendrá que emprender el viaje en solitario para encontrar las balizas enfrentándose no sólo a las criaturas que ahora habitan la tierra sino también a una que surge de los huevos que transportaban en la nave, es decir, a las amenazas de los dos planetas. ¿Redundancia?
     Todo esto no tendría mucha importancia si la parte aventurera resultara mínimamente entretenida, pero no es así. Hace falta algo más que unos buenos efectos especiales para que la acción resulte efectiva y en esta ocasión no lo es. Y si a eso añadimos que la falta de carisma de los personajes (que ni siquiera los actores pueden evitar), que el realizador se empeña en mostrarnos con frialdad militar durante la mayor parte del metraje, tampoco ayuda a la hora de sentir alguna empatía con los mismos.
     Y todo esto lo aderezamos con frases como "tu hijo necesita un padre y no un oficial superior", la que se utiliza como reclamo publicitario "el peligro es real, el miedo una opción" y unas cuantas más, de profundidad similar, sobre la superación personal.
     Técnicamente la cinta esta muy bien, algo lógico teniendo en cuenta el presupuesto, pero no consigue trasmitir emoción en ningún momento, aunque hay que reconocerle a Shyamalan que al menos no a caído en el vicio de confundir velocidad con ritmo y que en las secuencias de acción al menos se ve claramente lo que pasa.
     A pesar de todo desde mi punto de vista lo único rescatable de la cinta se la música de James Newton Howard.

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