
Y no se trata sólo de la inevitable comparación con el original que pierde por goleada. Uno echa de menos, y mucho, ese gamberrismo formal de Raimi (esos encuadres imposibles, esos movimientos de cámara) que si bien eran trucos para disimular la falta de presupuesto Raimi supo convertir en una virtud. En esta ocasión todo es demasiado correcto, hasta la suciedad de la cabaña es demasiado limpia, estéticamente demasiado calculada.
Si, es verdad, que se agradece el gore, pero le falta algo de salvajismo. Basta con comparar las escenas de la violación en, y por, el bosque de ambas cintas.
Para colmo las novedades no funcionan. La falta de conexión entre la escena de arranque y el grueso de la película (¿Dónde esta esa gente? ¿Por que han dejado el libro allí?); el fallido intento de dotar de cierta complejidad a la trama: la simpleza del grupo de amigos de vacaciones se sustituye por un grupo de amigos de "intervención" para que una de las chicas deje las drogas y supere el mono, que sirve para justificar que no la crean cuando esta empiece a
intuir que ocurre algo raro (como si fueran a creerla de entrada aunque no fuese una "drogata"). Y hay un par de detalles tomados prestados de la todavía inédita THE CABIN IN THE WOODS de Drew Goddard (la idea de que sea la adicta la primera en intuir que ocurre algo raro, lo del numero de victimas que requiere el libro) cinta que a su vez rendía homenaje, mucho mas conseguido, al EVIL DEAD original.

¿Qué queda? El gore, algunos guiños al original (el coche de Raimi, el colgante) y poco más. Lo mejor, un regalito para los fans durante y tras los créditos finales (llamarlo escena seria demasiado).
¿Y Ash? ¿Dónde demonios esta Ash?
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