viernes, 19 de diciembre de 2014

EL HOBBIT. LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS

de Peter Jackson

   Al igual que con LOS JUEGOS DEL HAMBRE me veo en la obligación de comentar que no me he leído ninguno de los libros, y que todos mis comentarios hacen referencia a las películas. Sé que en principio no debería ser necesario el comentario pero se me antoja que si lo es cuando muchos ante mis críticas negativas defienden las películas no por las virtudes de estas sino por las de los libros. Aceptémoslo un gran libro puede dar pie a una película mala, ya ha ocurrido antes un montón de veces, y desgraciadamente esta vez ocurre de nuevo.

   En esta tercera entrega de EL HOBBIT el problema no es que se den cosas por sabidas, que también, algo que suele ocurrir en adaptaciones de obras populares al pensar que todo el mundo las ha leído; o que se alarguen en exceso situaciones para lograr la duración de casi tres horas que parecen requerir estas “pelis”, que también, ¿de verdad hacían falta tres cintas de casi tres horas cada una (o más si tenemos en cuenta las versiones extendidas) para contar lo que nos cuentan?; o esa necesidad imperiosa de relacionar esta saga con la de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, como si no lo supiéramos ya, introduciendo escenas o momentos para hilar con aquella que rompen la continuidad de la historia que se nos cuenta en estas, que también, esa subtrama que aleja a Gandalf de los enanos que al final se resuelve de un tirón sin aportar nada o ese final que junta de nuevo a Gandalf con Bilbo olvidándose que esta saga había empezado con un flashback que incluía a Frodo.

   No, el principal fallo de esta última entrega (por el momento porque Jackson ya ha dicho que en un par de años igual vuelve a la Tierra Media) son las múltiples incoherencias de la trama que, al menos a un servidor, te sacan de la historia cada pocos minutos.

   Por ejemplo: a los enanos les ha costados dos películas y atravesar múltiples peligros llegar hasta el castillo, sin embargo los cinco ejércitos de marras (todos ellos tan numerosos que su presencia cantaría a la legua) se plantan allí en un plis plas y en perfecta formación sin que nadie se entere hasta que están prácticamente en la puerta, y eso todos y cada uno de ellos.

   A pesar de que el jefe de los elfos ha dado orden de vigilar el castillo y disparar con sus flechas a cualquiera que se mueva por el castillo, Bilbo entra y sale de este, de forma nada discreta, cuando le apetece sin que los de fuera lo vean e incluso sin que los de dentro se percaten siquiera de que se ha ido.


   Los orcos, a los que uno se pregunta porque se les tiene tanto miedo si se les vence con una facilidad relativamente pasmosa, no es que aparezcan allí por sorpresa, de echo serían los únicos con los que estaría justificada esa sorpresa sino fuera porque el jefe ha montado una catapulta en lo alto de una montaña que no está precisamente oculta a la vista.

   OJO SPOILER - Que mientras el dragón cuidaba el castillo todos estaban tan asustados que ni se les ocurrió ir al castillo pero una vez muerto aparezcan en tropel, porque claro al dragón le tengo miedo pero al que ha matado al dragón no le tengo ni una pizca de respeto - FIN DE SPOILER.

   Si a todo esto, y algunos detalles más en los que no entro para no cometer más spoilers, añadimos que tras los primeros minutos uno se pierde en la trama y no porque sea complicada sino porque tanto el espectador como los guionistas parecen haber olvidado la razón por la que los enanos han viajado hasta allí para centrarse en una batalla muy espectacular a nivel de efectos pero muy fría y con momentos tan absurdos como ese en que en medio de la misma dos de los personajes se abracen y se cuenten sus cosas sin que la batalla parezca afectarles a pesar de estar en el epicentro de la misma, ya imaginareis que la cinta no anda muy currada de lógica.

   Y otra cosilla: yo no estoy en contra de los efectos especiales pero el que un efecto pueda hacerse no justifica que se haga y más cuando su plasmación en imágenes es contraria a les leyes de la física. A ver, vale que los elfos son muy ágiles y pueden saltar más alto y con más habilidad que nadie pero el ángulo de esos saltos y en entorno en el que se dan debe ser lógico y la escena “escalerita” que se derrumba de Legolas seguramente quedaba “muy chula” en la cabeza de Jackson pero su plasmación en imágenes es de “anda ya…”
  


   Aburrida e incoherente es con mucho la peor de la franquicia.

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