domingo, 24 de noviembre de 2013

DOLOR Y DINERO de Michael Bay

     Entre la trilogía de TRANSFORMERS y la nueva trilogía de ¡TRANSFORMERS! Michael Bay se ha tomado un pequeño descanso para dirigir una película, supuestamente, más tranquila y sin tanto efecto especial.

     Basada en uno de esos hechos reales que cuesta un "pelín" llegar a creerte, la cinta anda, en intenciones pero no en resultados, bastante cerca de las cintas más absurdas y desmadradas de los hermanos Cohen como EL GRAN LEBOWSKI (esta comparación le viene muy grande, de acuerdo) o a QUEMAR DESPUES DE LEER.

     Mark Wahlberg interpreta a un culturista/monitor en un gimnasio, en el sentido más tópico del concepto, que cegado por aquello del sueño americano y obsesionado por las ideas de un gurú de la autoayuda ("¿eres un hacedor o un no hacedor?") se decide junto a un compañero de trabajo, Anthony Mackie, un "cachas" aun más simplón que el primero, a dar un golpe que les haga ricos. El plan, secuestrar a un cliente rico del gimnasio (Tony "Monk" Shalhoub) y obligarle a cederles su dinero y propiedades y después eliminarlo. Para la realización del plan embarcan en el mismo a otro culturista, un ex-convicto que durante su estancia en prisión a conocido a Dios (Dwayne Johnson) y a una atractiva, pero muy simplona, aspirante a actriz (Bar Paly) a la que hacen creer que esta colaborando con la CIA.
     Pero el "ricachón" sobrevive y, después de uno de esos golpes de guion que cuesta un poco creer, la policía no le cree y no tendrá más remedio que dejar el caso en manos de un "ex-poli" retirado (Ed Harris) que se aburre tanto que acepta seguir el caso gratis.
     El problema es que Bay confunde ironía y ritmo con caos y alboroto, Este dirige la cinta como si estuviera en una de sus típicas películas de acción, juega continuamente con la cámara lenta y se contagia del sinsentido del plan de los protagonistas descuidando mucho el ritmo, ya sabéis que  mover mucho la cámara o cambiar mucho de plano no es ritmo, o al menos eso es lo que piensa un servidor.
     Los actores están bien, el problema es que sus personajes no ayudan mucho ya que son puro tópico. Aun así tienen sus momentos como esos en los que Mackie acosa a preguntas a Johnson sobre que se mete para conseguir esos músculos, o los caretos de este cuando le puede su adicción a ciertas sustancias.
     En definitiva, floja cinta que no llega a funcionar ni como comedia ni como cinta de acción quedándose como un producto curioso dentro de la filmografía de Bay pero que salvo por algún momento aislado aporta muy poco.
     Como dato curioso, la cinta termina con unos rótulos que explican que fue, o mejor dicho, donde están ahora los protagonistas reales (recordáis que esta basada en un hecho real) acompañados de las fotos reales de estos, demostrando que en su versión cinematográfica aquello de "cualquier parecido con la realidad..." esta plenamente justificado.

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