de Bartosz M. Kowalski
Producciones de Netflix, llegadas desde Polonia, y actualmente visionables en la plataforma, la primera entrega obedece a prácticamente todas las reglas del género.
Tenemos a un nutrido grupo de adolescentes, aunque al entrar en materia se dividen en varios grupos y nos quedamos siguiendo a unos pocos, adictos a las nuevas tecnologías que van a pasar unos días en un campamento "de verano" para desintoxicarse, y aprender que se puede vivir sin estas; y tenemos a un par de asesinos enormes y deformes que harán que esos días no resulten lo divertidos que se esperaban.
Hay que reconocerle a la cinta algunas virtudes. Las muertes son bastante salvajes y sangrientas; y algunos detalles irónicos "a lo SCREAM", el "gordito" del grupo recitando los "6 pecados capitales" de las "pelis" de terror, tienen su gracia, pero...
Pero la cinta es algo lenta, ya que se toma demasiado tiempo en la presentación de una anécdota, el motivo que lleva a los "chavales" al campamento, que más allá de justificar que no tengan móviles no lleva a ninguna parte. La ironía antes mencionada solo funciona a ratos, básicamente con el personaje antes mencionado, el único que no para de decir cosas razonables, pero al que nadie hace ni caso. Y el guion tiene algunas cosas que o bien no se han desarrollado, o bien están muy mal contadas, como la parte del cura (no la del exorcismo de los móviles sino la de la parte central).
Así pues, la cinta se deja ver, si no tienes otra opcion mejor, pero no pasa de ser un pasatiempo de "ver y olvidar".
Spoiler, por otro lado, inevitable - La superviviente de la cinta anterior llega al pueblo más cercano, y es encerrada en una celda, contigua a la que mas tarde encerraran a los malvados gemelos deformes. Poco después, el jefe de policía se la llevará hasta el lugar de los hechos para investigar y corroborar su historia, pero... - Fin del, por otro lado, inevitable spoiler.
Pero a partir de aquí la trama se complica y se hace enrevesada "de narices" con un guion que incluye mutaciones, de las que nunca se explican en que consisten exactamente, o tal vez es que la explicación no tiene consistencia alguna; una historia de amor bizarro (o monstruoso) que sigue las pautas de lo dicho anteriormente; y unos personajes que o no interesan de entrada o pierden su posible interés por los dos puntos reseñados anteriormente.
Eso sí, el nivel de sangre aumenta, y mucho, y algunos intentos, que se quedan en eso, de hacer algo en plan HATCHET, que en su parte gore y sangre funcionan, pero no cuajan en cuanto al efecto irónico que supuestamente se le quiere dar.
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