jueves, 4 de septiembre de 2014

OPEN WINDOWS de Nacho Vigalondo

     Si digo que la tercera "peli" de Vigalondo tras las estimables LOS CRONOCRIMENES y EXTRATERRESTRE me ha decepcionado me estoy quedando corto. Porque este "found footage" disfrazado de modernidad digital no funciona ni en la forma, si el sistema de marras ya suele ser confuso y mareante si le añades división de pantalla y continuos saltos de una a otra ya ni te digo, ni en el contenido, el guión es muy confuso y cuando juega con los giros/sorpresas el desconcierto (y la falta de lógica) ocupan cada centímetro de la pantalla.

     Elijah Wood (que se esfuerza en su papel, eso hay que reconocerlo) ha ganado una cena con su actriz favorita, de echo tiene un blog dedicado a la misma. Mientras espera en el hotel tiene en su ordenador varias ventanas abiertas. En una esta viendo la rueda de prensa del próximo estreno de la actriz, en otra esta grabando vía webcam un mensaje para la organización del concurso. Entonces recibe una llamada que contestara abriendo otra ventana. Alguien le informa que la cena se a cancelado por capricho de la actriz y le ofrece la posibilidad de "vengarse" para lo que le envía varios links que le dan acceso a la cámara del móvil (y al móvil mismo) de la actriz, más ventanas, primero y la posibilidad de grabar lo que ocurre en la habitación del hotel donde ha quedado la misma...

     Lo que empieza siendo un juego de vouyerismo pasara a ser algo más peligroso, de lo que seremos testigos a través de las múltiples ventanas abiertas (a las ya mencionadas se añadirán unas cuantas más durante el resto del metraje) en el ordenador del protagonista.

     En principio puede parecer interesante, pero como ya dije antes tras unos primeros minutos más o menos aceptables la cosa se deshincha a ritmo acelerado.


     Estéticamente la cosa acaba resultando agotadora ya que esta variación del "found footage" participa de todos los defectos del mismo: planos imposibles (al recoger las imagenes cámaras que o están en movimiento u ocultas los planos son o temblorosos o desde ángulos confusos), lógica inconsistente (la justificación de la presencia de cámaras o de que se siga grabando en según que situaciones) o incluso absurdo (porque seguir grabando ciertas cosas si quieres que el mundo crea que... bueno no sigo por no cometer SPOILER). Pero es que además el continuo uso de la pantalla dividida y los saltos de una a ora (ya sabéis, ahora agrando esta ventana, ahora me paso a otra...) resulta agotador, puede tener gracia en momentos puntuales pero de continuo no la tiene.

     Y a nivel argumental Vigalondo se dedica a jugar con el espectador, ya sea escondiendo pistas ya sea introduciendo giros y sorpresas para alargar algo que quizás podría dar para un corto interesante pero como largo no funciona, por confuso (cuesta entender cual es la finalidad de todo lo que ocurre) o tramposo (algunos giros provocan que las reacciones anteriores de los personajes no tengan sentido alguno).


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